Canícula
Al mediodía, desagua el amor
los sueños más frescos e intrigantes;
estoy donde están los torrentes.
Alrededor de la casa grande se extiende un jardín sin cercos,
tomado por bananos, solo bananos
altos como palmeras.
Llego y es en la orilla del mar encrespado de corrientes,
remolinos azules.
Hay peligro en la franja angosta
que es de arena y es blanca.
Quiero brazaletes
y la compañía del macho que elegí.